Importancia de ir al odontólogo periódicamente


Es probable que te hayas hecho esta pregunta muchas veces con la idea de evitar a toda costa el ir al dentista. Estas visitas son temidas por mucha gente, pero en realidad son necesarias para tener una buena salud oral. ¡No tengas miedo! El visitar a tu dentista es importantísimo para tener una sonrisa sana y radiante.

     Con revisiones odontológicas sistemáticas se previenen los problemas dentales y de las encías, por tal razón visitar al dentista es una buena medida para mantener la salud y la estética.

     "¿Qué puede hacer el dentista por mí?" Merece la pena hacerle una visita. Para comprender la importancia de la odontología preventiva, es necesario entender qué tratan de prevenir los dentistas.

     Antes de la aparición de la odontología moderna, la gente solía experimentar dolor y pérdida de piezas dentales desde su juventud. Tener los dientes manchados o mal alineados, o incluso haberlos perdido, afeaba a muchas personas.

     Las que ya no tenían dientes en su vejez no podían masticar y, como consecuencia, sufrían desnutrición y morían prematuramente. En la actualidad, la mayoría de quienes acuden al dentista se libran del dolor, conservan los dientes toda su vida y lucen una atractiva sonrisa. ¿Cómo ha logrado la odontología alcanzar estas tres metas notables?


     La odontología preventiva, que se centra principalmente en la educación y en las revisiones regulares, ha sido un factor clave para evitar el dolor y la pérdida de piezas dentales.

¿Cómo empiezan los problemas dentales?


     El dentista puede ahorrarnos el tormento del dolor y la pérdida de dientes. Con la colaboración del paciente, el especialista intenta contrarrestar los efectos de la placa, una fina película de bacterias que se pega a los dientes.

     Las bacterias se alimentan y multiplican gracias a las partículas de comida; transforman el azúcar en ácidos que atacan el esmalte dental y hacen que se vuelva poroso. Con el tiempo, se produce la caries cuando el esmalte poroso se desmorona y origina una cavidad o agujero. En esta etapa no hay malestar, pero cuando la infección llega a la cavidad pulpar del diente, suele presentarse un dolor agudo.

     Las bacterias que forman la placa tienen otro modo de atormentarnos. Si no se elimina bien mediante cepillado, la placa se endurece y forma un depósito calcificado llamado cálculo, o sarro, que puede hacer que las encías se inflamen y se separen de los dientes formando un hueco donde se acumulan restos de comida, un festín para las bacterias que pueden infectar las encías.

     La saliva proporciona cierta protección contra este ataque doble de las bacterias. Sea que se haya tomado una comida completa o tan solo una galleta, la saliva necesita entre quince y cuarenta y cinco minutos para eliminar las partículas de comida y neutralizar los ácidos presentes en la placa dental. La cantidad de tiempo dependerá de cuánto azúcar o restos de alimentos se hayan pegado a los dientes.


     Aparentemente, durante este intervalo es cuando la dentadura se ve afectada. Así, el alcance del daño no depende de la cantidad de azúcar ingerido, sino de la frecuencia con que se toman comidas y bocaditos dulces. Como el flujo de saliva se reduce durante el sueño, una de las cosas más destructivas que uno puede hacerle a sus dientes es irse a la cama sin cepillarlos después de haber ingerido comidas o bebidas azucaradas.

Técnica del cepillado dental


    Existen muchas técnicas, pero cabe destacar que más que la técnica lo importante es la minuciosidad, el cuidado con el que se realiza el cepillado, consiguiendo así el mismo resultado con cualquiera de las técnicas.

     Aunque está claro que existen casos en que debido a determinadas patologías o factores como la falta de cooperación o falta de destreza manual se recomienda una técnica determinada. Es importante en todas las técnicas seguir un orden que deberá ser siempre el mismo para no olvidar ninguna superficie dentaria.. Para enseñar a la gente a cepillarse hay que enseñarles una rutina: en primer lugar cepillar la mitad superior derecha por la parte externa, seguida de la mitad superior izquierda también por la parte externa, mitad inferior izquierda y mitad inferior derecha también por la parte externa. Seguiremos otra vez el mismo orden pero ahora por la parte interna. A continuación las caras masticatorios u oclusales de los dientes y por último cepillaremos la lengua. En total la técnica de cepillado correcto debe durar entre 2-3 minutos.

Cabe destacar las distintas técnicas existentes aunque no todas ellas son utilizadas:

     Técnica de fregado u horizontal. Es una técnica sencilla y la más recomendada en niños. Consiste simplemente en "fregar" los dientes con movimientos horizontales.

     Técnica circular o de Fones. Es la técnica recomendada en niños más pequeños, dada la menor destreza a la hora de realizar el cepillado dental. Consiste en movimientos circulares amplios con la boca del niño cerrada, abarcando desde el borde de la encía del diente superior al inferior. Con ella se consigue remoción de la placa y al mismo tiempo se masajean las encías.

     Técnica vertical. Con los dientes contactando se van cepillando de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.

     Técnica del rojo al blanco. Se cepilla desde las encías hacia el diente. Los penachos se sitúan en la encía y vamos haciendo movimientos de arriba hacia abajo en la arcada superior y de abajo hacia arriba en la arcada inferior.

     Técnica de Bass. Es la más efectiva. Sitúamos el cepillo con una inclinación de 45º. Se trata de realizar unos movimientos vibratorios anteroposteriores, pero sin desplazar el cepillo de su punto de apoyo. Deben ser movimientos muy cortos para que las cerdas se flexionen sobre sus propios ejes pero que las puntas no se desplacen de los puntos de apoyo. Así conseguimos desmenuzar la placa bacteriana, que asciende por el penacho, por lo cual cada vez tenemos que lavar bien el cepillo porque los penachos se cargan de placa bacteriana. Es una técnica muy recomendada en adultos. Se deben ir cepillando de dos o tres piezas, siguiendo la secuencia que hemos explicado antes. En la cara masticatoria de los dientes hacer movimientos de fregado rápido para eliminar todos los restos de alimentos.